domingo, 14 de junio de 2009

CALADAS DE HUMO, SENTIMIENTOS DISTINTOS


Llegué tarde a casa. El día había sido mas largo de lo previsto. De aquí para alla. Como no tenía sueño decidí salir a la terraza para fumar el último pitillo y respirar algo de aire fresco que me diese vida.
Me senté en la vieja tumbona como si estuviera en primera línea de playa. Hacia una agradable temperatura. Olía a ropa recién tendida mientras que una suave brisa acariciaba mi cara. Encendí mi cigarrillo. Con mi hamaca orientada hacia el sur pude ver como tres edificios mas allá, aquel adolescente subía a la azotea de su dúplex y como si fuera un juego de sombras buscaba y también encendía un cigarrillo. En la colina del fondo se vio llegar un coche. Una pareja. El coche se detuvo, los faros se apagaron y dio comienzo la placentera intimidad. Media hora después pude ver como la pareja encendía lo que parecían ser cigarrillos, los del postplacer los denominé. El chaval de la azotea prendió el segundo pitillo, el del vicio mezclado con el miedo a no ser sorprendido. Yo hice lo mismo, solo que el mío no tenía significado alguno. Caladas de humo, sentimientos distintos.

1 comentario:

Cris dijo...

Me ha gustado mucho, lo he vivido mientras lo leía... Felicidades!