domingo, 11 de enero de 2009

LAGRIMAS DE VIDA


Acabamos de aparcar el coche en aquel callejón que le vio nacer. Como siempre el frio del invierno cortaba las palabras. A lo lejos vimos una silueta fácilmente reconocible. Se acercaba despacio. Cuando nos reconoció nos saludó efusivamente. Sonreía. Sentía alegría al vernos. Tras una breve conversación vacía de contenido nos despedimos de él. Se alejaba, se dejaba llevar orientado por las ráfagas que venían a su memoria de vez en cuando y que con suerte le llevarian a su casa. Los meses pasan y vamos a visitarle. Esta sentado. Su cara brilla pero ha dejado de ser el espejo del alma. Su hermana le coge la mano y dos lagrimas resbalan por sus mejillas. Es lo único que puede expresar, su voz se la llevó el viento solano, ese mismo que mueve las aspas de los molinos de la tierra que le vio nacer. Hoy ha cambiado el sillón por la cama. Su mirada azul mar esta perdida en el techo de la habitación. A veces la respiración se detiene pero pasados unos segundos vuelve a inspirar. Aun no es el momento de rendirse en la batalla de la vida.

No hay comentarios: