miércoles, 31 de diciembre de 2008

LA SEÑORA


Fue una noche rara, me desperté varias veces de aquellos cortos sueños, disfrutaba entre tus brazos pero inmediatamente después desaparecías y era la angustia lo que me invadía. Entre tanto vaivén de vivencias el día llegó y yo seguía entre las sábanas. Cuando fui consciente de lo tarde que era, sin ganas me levanté y me di una ducha. Después salí de casa rumbo a aquella lúgubre oficina. Nada mas cruzar la puerta supe que entraba en un mundo al que no estaba acostumbrada, un mundo en el que la vida se mezcla con otros elementos peculiares que pueden hacer que todo de un giro de 180º. Tras una breve espera cogí el documento mágico, hice un pequeño trueque por aquel pedacito de química y regresé a casa. Los días pasaron como si nada hubiera ocurrido hasta que aquella mañana después de desayunar sonó el timbre. Abrí la puerta y allí estaba ella, toda vestida de rojo. ¡Que inmensa alegría tuve al verla! Y es que aunque todos los meses esperaba su visita, esta vez me hacia el doble de ilusión porque con solo verla supe que la cigüeña nunca salió de su nido.

jueves, 11 de diciembre de 2008

UN VIAJE DIFERENTE


Aquel corto viaje a ella se le hizo eterno. Era una tarde gris del mes de marzo, la lluvia había dejado el pueblo totalmente desierto. Con este clima tan desapacible el viaje se presuponía tranquilo sin muchos viajeros. La chica llegó a la parada de bus en la que solo había un par de ellos. Todo en silencio, todos esperando, el único sonido era el producido por los pequeños riachuelos de agua que se colaban en las alcantarillas. A lo lejos, entre la niebla se empezó a intuir la silueta del autobús.
De repente todo se quedó oscuro. La joven no veía absolutamente nada, no oia ni una sola voz. Pronto el miedo se empezó a apoderar de ella, se encogió en un rinconcito y comenzó a tiritar de frio. De vez en cuando todo temblaba y su temor se acrecentaba. Tres cuartos de hora mas tarde, todo se quedó quieto, ya nada vibraba. Unos instantes después un ruido semejante a un escape de gas empezó a escucharse, la chica pensó que su hora había llegado…Fue entonces cuando la luz entró, al levantarse la puerta de un enorme maletero del autobús interurbano, entonces lo comprendió debería haber elegido la mochila en lugar de la pequeña maleta de ruedas.

martes, 2 de diciembre de 2008

PEQUEÑAS IMPERFECCIONES DIARIAS


El despertador cayó al suelo. El agua de la ducha estaba fría. LA tostada cayó del lado de la mantequilla. La gota de café estrenó aquel jersey de cachemir. La pasta de dientes punteó mi espejo. El charco salpicó mis zapatos. El bolígrafo impregno mis dedos de tinta. Las migas de aquel bocata se colaron en el teclado de mi ordenador. La copa de agua tenía posos. La mayonesa manchaba el borde de aquel plato de ensaladilla. Mi pie chocó con aquella piedra. Las llaves estaban llenas de grasa al sacarla de la cerradura. El bombón se derritió sobre el sofá cuando sintió el peso de mi cuerpo.

viernes, 14 de noviembre de 2008

NECESIDAD COSTOSA


Tenía una necesidad urgente de acudir a una de ellas. Bajé del tren y llegué a aquel lugar. Cinco puertas cerradas, una abierta. Cada puerta escondía una taza de wáter ¡mi salvación! Todas las tazas debían estar ocupadas menos una –pensé- pero no era así, el truco consistía en que entrar a usarlas costaba veinte céntimos excepto la abierta, gratuita, por no poder cerrarse. Me dio tanta pena aquella taza, ovejita negra en ese baño que sacrifiqué mi intimidad para alimentarla. Todo pasó, meses después volví a visitarla y me encontré con que ahora se alimentaba de ricachones, la muy víbora, pues entrar para usarla costaba dos euros

martes, 11 de noviembre de 2008

LA SENCILLEZ DE CONTAR LAS COSAS


Describir el modo de vivir. Un largo dia da para mucho, puedo quedarme en casa navegando y navegando o salir fuera mirar, curiosear algo interesante para dar vida a este blog. Pues hoy me he levantado con la antena y he escuchado una conversacion que sin duda me ha despertado de mi despertar...Lo primero que ha venido a mi cabeza al oir el tema que trataba, era la obra de teatro "bajarse al moro" aunque habria que cambiarlo a "subirse las bolas" y no penseis mal...explico la triste situacion (que es lo que a mi me parece) un chaval de unos veinte años explicaba alegremente como bajaba al pais vecino cruzando el estrecho para "comer" unas bolas de coca y transportarlas a España. Dice que lo único que le fastidiaba era que a veces tenia ganas de vomitar y que estaba tranquilo porque ninguna podía causar ningún problema en su estómago (yo siempre crei oir que si se abria alguna era muerte segura) pero mi acompañante de viaje no ve ningun riesgo en el asunto.
Y ahora cualquiera que lea esto puede preguntarse con que tipo de gente me relaciono..o de donde vengo...Pues yo era la primera sorprendida en ver como tenia ese mundo, el de la droga, tan cerca de mi y no es que sea una niña protegida.. es que para mi es un mundo que veo a lo lejos y del que poco se, por eso quiza, esto tiene mas magnitud para mi que para mi compañero temporal de viaje, para el que era una cosa de lo mas simple.

viernes, 7 de noviembre de 2008

EL MOTOR DEL OLVIDO


Aquella madrugada Él se levantó pronto, eran las 6 de la mañana, había dormido poco pensando en todo lo que le quedaba por hacer. Tras vestirse rápidamente bajo los dos peldaños que separaban la habitación de la pequeña cocina y encendió el fuego en la chimenea, el invierno había comenzado hace pocos días y el frio comenzaba a dejar heladas las palabras. Después salió al patio y se dirigió a la cuadra.Alli estaba la mula torda, la preparó y la sacó a la calle. Enfrente de la casa no habia ningún coche aparcado, habia algo mas rústico, el carro verde oscuro rematado con grandes remaches. Ató la mula al carro y se subió despacio, la edad empezaba a robarle agilidad. Empezaba un nuevo dia de trabajo y su primera tarea era recoger las bolsas de basura de sus paisanos.


Hoy cuarenta años despues todo ha cambiado. La basura la recoge un potente camión. Él se marchó una mañana lluviosa de febrero de hace algunos años, hasta el cielo le quiso brindar su adios, ya que la meteorologia fue una de sus preocupaciones. El carro acabó vendido y hoy seguro que algunas de sus piezas son motivo de adorno en cualquier pequeño rincón del mundo. La mula torda tambien se vendió y ahora cosas de la vida, es su nieto quien pasea como turista en un animal de este tipo por las islas griegas. Potente motor el que porta el coche del olvido.