lunes, 17 de agosto de 2009

JODIDOS MOMENTOS DE GLORIA


INTERRUMPIR: Detener la continuidad de una cosa o accion en el espacio o en el tiempo.

Es viernes por la tarde, llego a casa, me cambio de ropa, voy a la nevera y cojo esa lata de refresco fría que me llama a gritos desde su pequeño rincón. Sin mas obligaciones que las de no hacer absolutamente nada me tumbo en mi maravilloso sofa, de repente suena el telefono...mi jefe...¡INTERRUPCION!.
La sala esta abarrotada, no se si seré capaz de enfrentarme a toda esta muchedumbre. Voy vestida de blanco, ya que segun dice mi psicologo, debo resaltar porque soy la anfitriona, se espera de mi todo y debo dar una gran conferencia. Me subo al estrado. Bebo agua y comienzo el discurso... de repente aquel muchacho de gafas de aumento alzó su mano y llamó mi atencion para hacerme una absurda pregunta...¡INTERRUPCION!.
Deseaba ese momento desde hace meses, hacia tiempo que no me sentia tan agusto. Estaba tumbada sobre la cama de aquella moderna habitacion de hotel justo enfrente de ti. La tele estaba encendida aunque no le haciamos mucho caso, tu sonrisa era mucho mas interesante. Comenzaron los besos hasta que se oyeron las llaves dentro de la cerradura, despues los nervios por recuperar la compostura aparecieron mientras aquella asistena entraba y volvía a ¡INTERRUMPIR!
¿DEFINICION DE INTERRUMPIR?: ¡¡¡Estropear pequeños momentos de gloria!!!

domingo, 14 de junio de 2009

CALADAS DE HUMO, SENTIMIENTOS DISTINTOS


Llegué tarde a casa. El día había sido mas largo de lo previsto. De aquí para alla. Como no tenía sueño decidí salir a la terraza para fumar el último pitillo y respirar algo de aire fresco que me diese vida.
Me senté en la vieja tumbona como si estuviera en primera línea de playa. Hacia una agradable temperatura. Olía a ropa recién tendida mientras que una suave brisa acariciaba mi cara. Encendí mi cigarrillo. Con mi hamaca orientada hacia el sur pude ver como tres edificios mas allá, aquel adolescente subía a la azotea de su dúplex y como si fuera un juego de sombras buscaba y también encendía un cigarrillo. En la colina del fondo se vio llegar un coche. Una pareja. El coche se detuvo, los faros se apagaron y dio comienzo la placentera intimidad. Media hora después pude ver como la pareja encendía lo que parecían ser cigarrillos, los del postplacer los denominé. El chaval de la azotea prendió el segundo pitillo, el del vicio mezclado con el miedo a no ser sorprendido. Yo hice lo mismo, solo que el mío no tenía significado alguno. Caladas de humo, sentimientos distintos.

sábado, 6 de junio de 2009

RECUERDOS DE SALON



Por fin se habían decidido a entrar aquella habitación y hacer una limpieza a fondo. Madre e hija tenían una larga mañana por delante. la verdad es que mas que decisión fue obligación ya que en el trastero se iba a construir una pequeña bodega con barra de bar para disfrutar de los pequeños momentos de ocio. Pero hasta que ese pequeño proyecto se viese cumplido tocaba retirar aquellos muebles viejos y demás chismes.


Poco a poco el habitáculo se empezó a vaciar. Dos bicicletas pequeñas, una gran bolsa con periódicos ya amarillos que sirvieron en su día de envoltorio, maderas, baldosas y una gran cantidad de arañas a las que desahuciaron después de años de cómoda vida entre tanto mueble.
Al final de la habitación en la parte mas alta había colgado dos piezas semejantes a un plato pero de metal. LA hija lo cogió. La madre miró aquel brasero eléctrico, hoy picado sin enchufe. Y como si fuera una lluvia de estrellas fugaces los pensamientos se agolparon en su cabeza. Recordó que su abuela lo compró hace mas de treinta años a un cacharrero que paso por la finca en la que vivían al lado del río, era en la época, lo mas moderno para calentarse. Su abuela recalcaba que ya no hacia falta echar carbón a los antiguos braseros. Su hija se quedo mirando el mismo aparato, para ella solo es un cacharro viejo del que no conocía nada. Envejecemos cuando nuestros RECUERDOS superan nuestros proyectos.

lunes, 11 de mayo de 2009

LUCHA MENTAL


La mañana de aquel último día de agosto amaneció soleada. Fue ese sol de verano el que me despertó de mis sueños. Era temprano. La noche anterior había olvidado bajar la persiana lo que facilitó bastante que los primeros rayos de luz se colaran en mi lecho.


Una vez vestido me puse a navegar por internet buscando algo que me hiciese descargar adrenalina y me relajara. Tras un par de horas encontré algo interesante así que sin perder un minuto marché para el lugar donde se encontraba. Una vez allí la examiné con todo detalle y ella me batió con su mirada…


Fue mi primer combate con aquella estatua romana, hoy lucho por ganar el primer asalto a esta maldita camisa de fuerza

jueves, 19 de marzo de 2009

HIBERNACIÓN



¡Odio el invierno! - grité buscando la mirada de mi madre. Ella ni se inmutó, sencillamente me ignoraba. Volví a gritar y esta vez se oyó un pequeño zumbido cuando se giró y me miró antes de decir: "Ya esta todo preparado, no empieces como todos los años". Acatando su decisión tomé algo de comida, aunque sin ganas,(no había nada que me apeteciese en ese instante) y me retiré a dormir.

Un día, al amanecer, noté el aluminio de la ventana caliente, saqué mi cabeza y miré para ver que sucedía, fue entonces cuando un rayo de sol me dio directamente en los ojos. Había llegado la hora de volver a disfrutar y no pensaba perder ni un momento, puse a punto todo mi cuerpo y adelante…


Lástima que Marcos cerrase la ventana en ese preciso instante, fue entonces cuando mi aventura quedo reducida a nada, mis alas se quedaron pegadas tras el impacto y mi cuerpo empezó a resbalar cristal abajo hasta llegar otra vez a mi hogar en aquel agujero del aluminio de la ventana.

miércoles, 11 de febrero de 2009

TODO Y NADA




Colocado en una silla, rozando casi con el suelo, con el mismo color que hace mas de veinte años. Impoluto. Impecable. Perenne. Todas las palabras se quedan cortas para definir su estado. Aun daba demasiado respeto su presencia en aquella habitación.


Según me iba acercando a él notaba su olor, profundo, un olor de esos que se meten en tu ser en un episodio de tu vida y aunque pasen muchos años vuelve a tu cabeza y te provoca una sensación de rechazo. Me puse frente a él y pude ver su abotonadura dorada con el escudo del régimen en relieve. Era como si se mezclara el poder y la debilidad. Todo y nada.


Todo lo que fue ya no es ni será. Ya no dará ni recibirá mas golpes, ya no se teñirá mas de sangre. Aquel uniforme de los grises sólo es un recuerdo olvidado en el viejo armario.

domingo, 25 de enero de 2009

CASA DE HUESPEDES


Llegué a la casa de huéspedes después de encontrarme con aquel señor del sombrero negro. Él fue quien amablemente me dio la dirección. El gato me miró extrañado y permaneció acomodado cerca de la chimenea en el salón del fondo. De frente a mi una anciana señora dijo ser la dueña y efectuó el registro de mi estancia. Me informó además de cual era mi número de habitación y de la hora de la cena. Como aun quedaba tiempo para llenar el estómago decidí subir la maleta y salir al jardín. Me senté en un banco y miré a mi alrededor. Todo estaba lleno de macetas pero no había presencia humana. Ante la tranquilidad del lugar decidí ponerme a leer.
A las 9 en punto una campanilla sonó para avisar a los huéspedes que tocaba cenar. Llegué al salón y me senté en una larga mesa. El gato había desaparecido y no había nada mas que dos lugares preparados con cubiertos y copas, así que supuse que yo era el único huésped. Por una pequeña puerta apareció la anciana con dos platos, me sirvió y me dijo –pollo asado con patatas.Que aproveche- . Yo se lo agradecí educadamente y comencé a comer. Al terminar la felicité por la exquisita cena y me retiré a mi habitación.
Antes cuando subí a dejar la maleta no me percaté de cómo era la habitación, la examiné entonces con más calma. Solo había una mesilla, una cama y a los pies de esta un palanganero bastante antiguo. También había un pequeño orinal. Un todo en uno, habitación y baño en una misma estancia. Me desvestí y me metí en la cama rápidamente, las sábanas estaban frías excepto un rodal en el centroque permanecía caliente. Aunque me imaginaba lo que era decidí mirar debajo de la cama y efectivamente allí estaba la tumbilla con el brasero de carbón en medio.

El tiempo pasaba y yo no podía quedarme dormido. Al principio no sabía porque pero después me percaté de que había un olor no muy fuerte pero molesto que era lo que no me dejaba coger el sueño. Olía como a quemado. Decidí entonces sacar la tumbilla de debajo de la cama por si era ésta la que estaba socarrando el colchón o algo por el estilo. Allí descubrí que a veces te dan gato por pollo o carbón…

domingo, 11 de enero de 2009

LAGRIMAS DE VIDA


Acabamos de aparcar el coche en aquel callejón que le vio nacer. Como siempre el frio del invierno cortaba las palabras. A lo lejos vimos una silueta fácilmente reconocible. Se acercaba despacio. Cuando nos reconoció nos saludó efusivamente. Sonreía. Sentía alegría al vernos. Tras una breve conversación vacía de contenido nos despedimos de él. Se alejaba, se dejaba llevar orientado por las ráfagas que venían a su memoria de vez en cuando y que con suerte le llevarian a su casa. Los meses pasan y vamos a visitarle. Esta sentado. Su cara brilla pero ha dejado de ser el espejo del alma. Su hermana le coge la mano y dos lagrimas resbalan por sus mejillas. Es lo único que puede expresar, su voz se la llevó el viento solano, ese mismo que mueve las aspas de los molinos de la tierra que le vio nacer. Hoy ha cambiado el sillón por la cama. Su mirada azul mar esta perdida en el techo de la habitación. A veces la respiración se detiene pero pasados unos segundos vuelve a inspirar. Aun no es el momento de rendirse en la batalla de la vida.